Más de un millón de niños pasan hambre en Sudán del Sur. Entre ellos está María John. Estas imágenes reflejan su camino desde el tratamiento inicial hasta la actualidad
JUBA

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La infancia de Sudán del Sur está al límite. Más de la mitad de los menores del país africano es víctima de desnutrición, enfermedades, reclutamiento forzoso, violencia y falta de escolarización tras cuatro años de conflicto, ha alertado este viernes Unicef en el informe ‘Childhood under Attack’. En la imagen, María John, una niña de dos años de Juba. Es una de los más de un millón de niños sursudaneses que sufren desnutrición severa. Recibe tratamiento en el Hospital Infantil de Al Sabbah desde el pasado mes de octubre. En ese entonces pesaba apenas seis kilos. “No tenemos nada de comer en casa”, lamenta la madre de Maria, Gisma Augustino. En la imagen, Maria desvía la mirada ante un nutricionista en el Hospital Infantil de Al Sabbah (Juba). Casi tres millones de niños están en situación de grave inseguridad alimentaria en Sudán del Sur. Las organizaciones humanitarias aún se enfrentan a muchos obstáculos para entregar ayuda en distintas zonas del país, consideradas demasiado inseguras, y exigen al Gobierno central un permiso de acceso sin restricciones para alcanzar a los más necesitados. Desde que comenzó el conflicto en 2013, 95 trabajadores humanitarios han sido asesinados en Sudán del Sur, 25 de ellos este año.
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Maria aún está demasiado débil y no puede andar. La infancia en Sudán del Sur se enfrenta a muchos otros retos, más allá del hambre. Más de 2.300 niños han resultado muertos o heridos desde el comienzo del conflicto en diciembre de 2013 y se han registrado cientos de casos de violaciones y agresiones sexuales, asegura el informe. Dos millones de menores están fuera de la escuela y, si la situación actual se mantiene, es probable que solo uno de cada 13 niños acabe la escuela primaria. Un nutricionista del Hospital Al Sabbah prepara leche terapéutica para Maria y los otros niños ingresados en el centro de estabilización. Unicef estima que serán necesarios 183 millones de dólares (155,3 millones de euros) para actuar en Sudán del Sur en 2018, pero actualmente el déficit de fondos es del 77%. En la etapa inicial de su tratamiento, Maria recibía una leche terapéutica llamada F-75, que se emplea en los casos más graves. Este alimento es rico en nutrientes, fácil de digerir y proporciona energía a los niños malnutridos de manera muy rápida. Tras registrar avances, pasó a tomar una fórmula distinta (F-100). Maria está sentada en compañía de su abuela, esperando a que midan su peso y altura. Los niños malnutridos primero reciben tratamiento en centros de salud cercanos a sus domicilios y, en caso de complicaciones, se derivan al hospital de estabilización Al Sabbah. Muchos niños no son tan afortunados como ella. Mary, de 15 años, perdió a su hermana a causa de una diarrea, tal y como cuenta en el informe de Unicef. “Estoy muy triste, fue todo por culpa del agua contaminada. Si hubiéramos tenido agua limpia mi hermana no se habría puesto enferma y no habría muerto”.
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