Son solo los primeros resultados de una lucha que comenzó en 1997. Boyce, la primera en alzar la voz, explicó los comportamientos inapropiados de Nassar a su entrenadora Kathie Klages, en la Universidad Estatal de Michigan, pero ella despreció sus quejas y le dijo que estaba confundida. La joven, de 16 años, pidió disculpas al médico en su siguiente cita. Otras gimnastas expresaron las mismas preocupaciones a Klages. Nada ocurrió. La entrenadora se jubiló el año pasado con una pensión completa, pagada por la institución educativa.
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