Origen: Antena 3 entrevista a un verdadero ‘narco’ gallego de los de Fariña
Y al preguntar por otro, casi les destrozan el coche.
Fariña ha cosechado con su quinta entrega las alabanzas que ya acostumbra por la calidad de su producción. Pero lo que más está dando que hablar es el especial que Antena 3 ha emitido tras el final del episodio, en el que habla con los protagonistas de carne y hueso del narcotráfico en Galicia.
En un documental, la cadena ha seguido la pista a los narcos y los agentes de la ley que los persiguieron, así como a las madres de los drogadictos, cuyas familias quedaron rotas por el negocio de los primeros y han dedicado su vida al activismo contra ellos.
Hay relatos desgarradores de mujeres que perdieron a sus hijos después de 24 años de lucha contra la adicción, exalcaldes que temieron por su vida, pescadores que ayudaron en el contrabando porque era el trabajo que todos querían tener y policías que recuerdan los más de 20 cadáveres de ajusticiados.
Pero ningún testimonio impacta tanto como la breve entrevista hacen a Manuel Charlín, uno de los capos de la serie. Tiene 85 años, de los que ha pasado 20 en prisión. Le cabrea el retrato de padre maltratador que hace Fariña de él porque asegura que nunca tuvo “necesidad” de pegar a sus hijos.
Lo que sí admite entre risas son las brutales palizas que se ven en la serie. Su hilaridad resulta estremecedora mientras recuerda cómo le dieron a un hombre “ostias hasta en el carnet de identidad” y “lo metieron en una cámara de congelación y en un camión frigorífico”.
Charlín asegura que no quiere hablar del pasado porque “vale dinero”. Antena 3 ha detallado que actualmente vive en una finca pendiente del embargo, conduce un mercedes y cobra una pensión de 2.000 euros, algo que ha cabreado a muchos en redes sociales.
La entrevista a Charlín no es el único momento inquietante del reportaje. Encontramos otro casi al final, cuando el expolicía que detuvo por primera vez a Sito Miñanco, protagonista de Fariña, apunta: “Todavía no sé quién ganó esta guerra”.
El propio Miñanco, en ausencia, protagoniza el tercer instante que hiela la sangre. Los reporteros se acercan a una nave para preguntar si es suya y un guarda se encara con ellos y amenaza con aplastar su coche con un tractor si no se marchan. La influencia de los narcos aún se nota en Galicia.